¿Comer o no comer carne humana? He ahí el dilema

“Después de todo, desde que el mundo es mundo nos comemos los unos a los otros”.

Hablar acerca del canibalismo no es fácil y leerlo es todavía más difícil. Había escuchado acerca de la novela de la argentina Agustina Bazterrica Cadáver exquisito y quise adentrarme un poco al mundo de las escritoras latinoamericanas contemporáneas que la están rompiendo en la literatura, sobre todo en los géneros del terror y de la ciencia ficción y, sin duda alguna, Cadáver exquisito no decepciona, al contrario, nos lleva a cuestionarnos hasta dónde es capaz de llegar el hombre para satisfacer sus propias necesidades y comportarse como lo que es al final, un animal.

La trama central de la novela gira en torno a la vida de Marcos Trejo, un trabajador de un frigorífico que comercializa la carne humana después de que un virus acabara con todos los animales y fuera prohibido su consumo. Marcos se encarga de conseguir carne de buena calidad y supervisar que toda la producción se maneje de la mejor forma posible; gracias a él conocemos cuál es el proceso por el que pasan los cuerpos para ser vendidos y consumidos. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando recibe de regalo a una mujer para su consumo y empieza a cuestionarse qué hacer con ella.


Las descripciones tan detalladas de Bazterrica llegan a incomodar y a perturbar en algunos momentos, sobre todo cuando nos describe las salas del frigorífico y qué hacen con la carne (y sus partes) para comercializarla, y con ello nos presenta una estética de lo grotesco en donde los personajes ven normal el canibalismo y esto se lleva al extremo con los carroñeros, quienes son capaces de desmembrar cualquier cuerpo humano que encuentren a su paso, aunque éste tenga “nombre y apellido”.


Y aunque el canibalismo no es un tema nuevo y nos recuerda a la película Hasta que el destino nos alcance de 1973, una historia basada en la también novela ¡Hagan sitio!, Hagan sitio! de Harry Harrison, en esta historia Bazterrica nos lleva más allá del tema, nos hace cuestionarnos acerca de nuestra propia humanidad, de los límites que podríamos ser capaces de cruzar para consumir o ser consumidos y algo aún más importante preguntarnos si no es que ya hacemos exactamente lo mismo con otras especies animales y ¿qué diferencia existe entre eso y el canibalismo que propone el Cadáver exquisito con su “carne especial”?

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