Ayer que estaba pensando en algo que se me olvidó, no me acuerdo qué, pensé en hacer un escrito sobre el tema de ser despistado y titularlo “El monólogo de Dory”, la pececita de la película “Buscando a Nemo” (2003) de Pixar a la que todo se le olvida y que creo que a ella le hicieron su propia película, no me acuerdo su nombre jeje y que decía: “nadaremos, nadaremos, en el mar, el mar el mar…”.
Entonces se me ocurrió hacer dicha tarea en manuscrito, en mi diario, el scripting que realizo todos los días en donde vierto todo lo que pienso y me preocupa. En esa ocasión hice el scripting tumbada en mi cama como una adolescente. Comúnmente lo hago en mi escritorio.
Bueno, en esta ocasión puse la libreta en la cama y comencé a escribir y sin ver levanté mi mano para buscar en el buró mi taza de café que forma parte de mi ritual de ese momento junto con la música que más me gusta e incienso, entonces que se me derrama el líquido negro en las páginas y lo empecé a limpiar inmediatamente con un pañuelo desechable, y por fortuna, pude continuar con el escrito.
Este es uno de los personajes centrales de esta historia, Dory la distraída, la que va a la cocina y no sabe a qué, la que luego va al baño y ahí se acuerda de lo que se le olvidó porque en el sanitario siempre se le ocurren ideas. También es La Chimoltrufia, personaje de la televisión mexicana que dice la frase “pos ya sabes que yo como digo una cosa digo otra” y le añadiría “hago otra”, por eso siempre decepciona a su comadre porque propone planes y luego cambia de opinión.
Dory trata de que no le pase más eso, de honrar su palabra, pero también medita en que puede buscar alternativas porque en su pensamiento hay una imagen principal que después tiene flechas que apuntan a todos lados y así vive. Se levanta temprano, comienza a tender su cama porque sabe que eso le da disciplina y cuando extiende la cobija recuerda que el café es lo que la despierta y deja la actividad para poner el agua en el microondas.
Entonces toma su celular y ve tik toks y videos de cómo ser productivo y dejar posponer las tareas o de procrastinar, palabra de moda. Pero de eso ya pasó una hora, y cuando se da cuenta Dory dice “ahhh, ¿qué iba a hacer? y ve que no terminó de tender su cama y así la deja porque de igual forma se acuerda que dejó su taza en el micro y así sucesivamente con la danza física y mental de Dory: “nadaremos, nadaremos en el mar, el mar, el mar…”.